Nos jalaron en PISA 2012: ¿porque somos pobres?
El ministro de educación quiere compararnos con países pobres
"no tenemos el consuelo de compararnos con países pobres"
Una de las muletillas más recurrentes en el discurso explicativo de la realidad peruana ha sido la pobreza. Concepto mitológico e intemporal, que a lo largo de nuestra historia ha servido de elemento racionalizador y justificante de cualquier tara o problema nacional al que no se le sabía hallar otra génesis. De la corrupción de los servicios públicos a los golpes de estado, de nuestra incapacidad de ganar partidos de fútbol a la gestión inepta de nuestros recursos naturales. Todo aparecía mágicamente comprensible cuando se le relacionaba a nuestra proverbial pobreza.
Una década de crecimiento económico sostenido no impide que se siga echando mano a esta mítica explicación. Y precisamente, uno de los comentarios más chocantes al comentar los desastrosos resultados de Perú en las pruebas de PISA 2012 ha sido el del ministro de educación al señalar que “no tenemos el consuelo de compararnos con países pobres”.
Ha llegado el momento en que los intelectuales y políticos que se ocupan del discurso explicativo de la realidad peruana se pongan al día: la única pobreza de la que se puede hablar en el Perú como realidad nacional existe en el imaginario y en el discurso manipulador de quienes no aceptan la responsabilidad de sus compromisos para con el país y la sociedad que los eligió. Para bien y para mal, los peruanos no podemos más escudarnos en nuestra mítica pobreza. Sí, y es más cierto que nunca, existen desigualdades, sin embargo su origen no radica en “nuestra pobreza”.
Según el índice de Desarrollo Humano que considera parámetros como esperanza de vida, tasa de alfabetización de adultos combinada con la tasa de matriculados en el sistema educativo y que toma en cuenta el Producto Interno Bruto per cápita, el Perú resulta en posición 77 en una lista de más de 180 países y en noveno lugar en la lista de 10 países con el Índice de Desarrollo humano más elevado de América Latina, justo encima de Brasil.
Hay que buscar en otro lado las explicaciones al descalabro de las pruebas de PISA 2012. Por lo menos 10 o 15 países con un Índice de Desarrollo Humano inferior al nuestro nos aventajan de manera evidente e innegable en los resultados de las pruebas. Un ejemplo contundente es el de Vietnam que ocupa el puesto 19 en PISA y que se encuentra casi 50 puestos por debajo de Perú según los índices de desarrollo.
Es el momento de mirarse al espejo y afrontar nuestra realidad de manera responsable y constructiva. Es sabido que la riqueza no compra la felicidad en los individuos, aceptemos que dejar de ser pobres es un proceso tanto material como intelectual.
Ginebra, Diciembre 2013